Clientelismo y el Juego Político de Profesionalizar el Empleo Público en Paraguay

Los antecedentes históricos y las circunstancias sociales y políticas que hacen a la función pública en Paraguay son el objeto de análisis de un investigador visitante del CADEP y candidato a Ph.D del London School of Economics de Inglaterra. Bajo el título «Clientelismo y el juego político de profesionalizar el empleo público en Paraguay», Christian Schuster examina en su investigación los esfuerzos de la administración de Lugo por profesionalizar la función pública, dando cuenta de las limitaciones y las oportunidades que existieron para llevar adelante dicha tarea.

Durante la dictadura stronista tomaron preponderancia las recomendaciones de los jefes del partido y la afiliación obligatoria a la ANR para acceder a un cargo público, mas la caída del régimen dictatorial «no trajo consigo un fin al clientelismo, sino su propia democratización«, explica Schuster. El control jerárquico de la ANR sobre el clientelismo se transformó a partir de 1989 en disputas de facciones distintas del partido, de partidos opositores y otros actores por controlar el poder clientelar.

Para un presidente sin una base electoral propia y definida, como lo fue Fernando Lugo, esto significó grandes limitaciones para instaurar un proceso de reforma en la función pública. «Lugo heredó una administración pública donde, por mucho tiempo, la regla de juego principal de gestión de personal ha sido el clientelismo«, describe Schuster. Además, «dependía, en particular, del apoyo del PLRA, partido tradicional con bases clientelares», agrega.

Destaca también el poder del Legislativo sobre la función pública como uno de los mayores impedimentos a una reforma, ya que las mayorías legislativas son conformadas mediante el intercambio de empleos y pensiones graciables por votos. «Entre 1992 y 2004, de 1710 leyes sancionadas por el Congreso, un 60 por ciento consistieron de pensiones graciables«, comenta. Asimismo, los ingresos tributarios presupuestados para salarios se elevó del 42 por ciento en 1980-88 al 76 por ciento en el período 2000-2005.

Además, ante una sociedad empobrecida y poco organizada, que prioriza el acceso a los empleos públicos, y el limitado poder del sector de las ONGs y la cooperación internacional para demandar reformas, los intentos de profesionalizar la función pública estuvieron condicionados.

Sin embargo, «las reformas durante la administración de Lugo introdujeron el mérito y des-partidizaron las selecciones de personal«, afirma Schuster. Entre agosto del 2008 y el 2012, un total de 24,325 cargos fueron ocupados mediante concursos por oposición supervisados por la Secretaría de la Función Pública. La masa de concursos se concentró en la Dirección General de Estadísticas y Censo y los Ministerios/Secretarías de Salud, Agricultura, Niñez, Obras Públicas y Acción Social. Asimismo, el Banco Central y el Ministerio de Hacienda continuaron su trayectoria de profesionalización informal antes del 2008. Es decir, las calificaciones profesionales fueron el criterio predominante para la selección de personal.

Estos avances se reflejan en la encuesta de expertos de la investigación. A modo de ejemplo, mientras los concursos percibidos como sustancialmente competitivos y meritocráticos durante el gobierno de Duarte Frutos solo alcanza el 2%, durante el gobierno de Lugo alcanza el 15%.

A pesar de estos logros, los elementos que motivarían una reforma están sujetas a circunstancias históricas – como la del ex Presidente Lugo que carecía de un partido en un sistema cuasi parlamentario y ante opositores políticos que controlaban recursos clientelistas desproporcionadamente. «En ausencia de otra contingencia o un rápido cambio socio-económico, el mérito habrá sido solo una breve incursión en el modo de vida clientelista de Paraguay«, concluye.

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Un pensamiento en “Clientelismo y el Juego Político de Profesionalizar el Empleo Público en Paraguay

  1. Iñaki dice:

    un artículo muy bueno. Te felicito!

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Clientelismo y el Juego Político de Profesionalizar el Empleo Público en Paraguay

Los antecedentes históricos y las circunstancias sociales y políticas que hacen a la función pública en Paraguay son el objeto de análisis de un investigador visitante del CADEP y candidato a Ph.D del London School of Economics de Inglaterra. Bajo el título «Clientelismo y el juego político de profesionalizar el empleo público en Paraguay», Christian Schuster examina en su investigación los esfuerzos de la administración de Lugo por profesionalizar la función pública, dando cuenta de las limitaciones y las oportunidades que existieron para llevar adelante dicha tarea.

Durante la dictadura stronista tomaron preponderancia las recomendaciones de los jefes del partido y la afiliación obligatoria a la ANR para acceder a un cargo público, mas la caída del régimen dictatorial «no trajo consigo un fin al clientelismo, sino su propia democratización«, explica Schuster. El control jerárquico de la ANR sobre el clientelismo se transformó a partir de 1989 en disputas de facciones distintas del partido, de partidos opositores y otros actores por controlar el poder clientelar.

Para un presidente sin una base electoral propia y definida, como lo fue Fernando Lugo, esto significó grandes limitaciones para instaurar un proceso de reforma en la función pública. «Lugo heredó una administración pública donde, por mucho tiempo, la regla de juego principal de gestión de personal ha sido el clientelismo«, describe Schuster. Además, «dependía, en particular, del apoyo del PLRA, partido tradicional con bases clientelares», agrega.

Destaca también el poder del Legislativo sobre la función pública como uno de los mayores impedimentos a una reforma, ya que las mayorías legislativas son conformadas mediante el intercambio de empleos y pensiones graciables por votos. «Entre 1992 y 2004, de 1710 leyes sancionadas por el Congreso, un 60 por ciento consistieron de pensiones graciables«, comenta. Asimismo, los ingresos tributarios presupuestados para salarios se elevó del 42 por ciento en 1980-88 al 76 por ciento en el período 2000-2005.

Además, ante una sociedad empobrecida y poco organizada, que prioriza el acceso a los empleos públicos, y el limitado poder del sector de las ONGs y la cooperación internacional para demandar reformas, los intentos de profesionalizar la función pública estuvieron condicionados.

Sin embargo, «las reformas durante la administración de Lugo introdujeron el mérito y des-partidizaron las selecciones de personal«, afirma Schuster. Entre agosto del 2008 y el 2012, un total de 24,325 cargos fueron ocupados mediante concursos por oposición supervisados por la Secretaría de la Función Pública. La masa de concursos se concentró en la Dirección General de Estadísticas y Censo y los Ministerios/Secretarías de Salud, Agricultura, Niñez, Obras Públicas y Acción Social. Asimismo, el Banco Central y el Ministerio de Hacienda continuaron su trayectoria de profesionalización informal antes del 2008. Es decir, las calificaciones profesionales fueron el criterio predominante para la selección de personal.

Estos avances se reflejan en la encuesta de expertos de la investigación. A modo de ejemplo, mientras los concursos percibidos como sustancialmente competitivos y meritocráticos durante el gobierno de Duarte Frutos solo alcanza el 2%, durante el gobierno de Lugo alcanza el 15%.

A pesar de estos logros, los elementos que motivarían una reforma están sujetas a circunstancias históricas – como la del ex Presidente Lugo que carecía de un partido en un sistema cuasi parlamentario y ante opositores políticos que controlaban recursos clientelistas desproporcionadamente. «En ausencia de otra contingencia o un rápido cambio socio-económico, el mérito habrá sido solo una breve incursión en el modo de vida clientelista de Paraguay«, concluye.

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