Sector agroindustrial: ¿el turbo o solo un cambio más de la economía paraguaya?
En los últimos años, el sector agroindustrial ha ido ganando preponderancia dentro de la estructura de las exportaciones nacionales, y con ello también ha denotado su potencial para convertirse en uno de los motores del crecimiento de largo plazo del país, afirma el artículo “Sector agroindustrial: ¿el turbo o solo un cambio más de la economía paraguaya?” del Observatorio de Economía Internacional del CADEP. Sin embargo, aun cuando la agroindustria ha ido avanzando y ganando preponderancia dentro de la industria, su contribución al crecimiento económico todavía sigue siendo pequeña, sobre todo si se la compara con otros sectores como la agricultura o la ganadería.
Por ejemplo, en términos del PIB agregado, la agroindustria ha tenido una participación que ha oscilado entre el 8% y el 12%, pero por debajo de la contribución del sector agropecuario y servicios.
Además, otro hecho estilizado ha sido el comportamiento inestable o volátil denotado por la actividad agroindustrial debido a su vinculación con precios fijados internacionalmente y a su exposición a factores climáticos, aunque esta ha sido una característica de la economía paraguaya en su conjunto durante los últimos años.
El sector agroindustrial también se caracteriza por una marcada heterogeneidad. Las unidades económicas que coexisten en su interior son en su mayoría micro, pequeñas y medianas empresas, que en conjunto ocupan a un porcentaje mayor de personas respecto a las grandes empresas, pero capturan un porcentaje mucho más bajo de los ingresos por ventas de bienes y servicios.
Por ejemplo, al interior del sector agroindustrial, se encuentra que cerca del 40% de las unidades económicas son micro y pequeñas empresas, que ocupan aproximadamente al 17 % de la mano de obra empleada en la industria, pero generan tan solo el 2% de los ingresos por ventas.
Con este fenómeno, se desnuda un hecho preocupante en el cual la mayoría de las unidades económicas dentro de la agroindustria estarían continuamente expuestas a cualquier tipo de shocks sobre la actividad económica, puesto que son altamente propensas a operar dentro de la informalidad, con tecnologías artesanales u obsoletas o incluso precarias de producción.
En suma, el complejo agroindustrial de Paraguay demuestra un potencial muy importante para impulsar el crecimiento de largo plazo. Pero, todavía presenta importantes factores que impiden capitalizar totalmente dicho potencial, con lo cual hoy solo se presenta como una marcha o un cambio adicional para la economía. En la medida en que se diseñen políticas públicas de calidad que mejoren la competitividad de la agroindustria, esta podría pasar a ser como un turbo que le agregue más caballos de fuerza a nuestra economía.
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