EDITORIAL: 20 años de CADEP

ABRIENDO SURCOS Y PERSIGUIENDO  UTOPÍAS

Veinte años han pasado cuando un grupo de profesionales paraguayos decidiera la creación del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya, CADEP. El objetivo era claro, contribuir a la generación de conocimientos en torno a los temas más relevantes de la marcha económica del país y de la región; al mismo tiempo de abrir el debate sobre las políticas públicas más adecuadas y acertadas para reemplazar el modelo país heredado luego de 35 años de gobierno autoritario. Realizar esta tarea a partir de un compromiso firme con el país y sin responder a intereses económicos ni político-partidarios.

En dos décadas, el CADEP se ha convertido en el centro de pensamiento más importante del país en materia económica y en un referente obligado del pensamiento paraguayo a nivel regional e internacional. Nuestro Centro ha sido pionero en investigaciones económicas, en publicaciones de autores nacionales y extranjeros, en la realización de foros internacionales anuales de alto nivel académico, en trabajos técnicos de asesorías a diversos gobiernos nacionales, gobiernos locales (municipios) y al Congreso Nacional, en la formación de jóvenes investigadores, en la creación del primer programa de post grado en el país para capacitar a funcionarios del Estado en la gestión pública, y en el principal referente de opinión de los medios de comunicación.

A nivel internacional, el CADEP es miembro fundador del Global Development Network (GDN), de la Red de Investigaciones Económicas del Mercosur (RED MERCOSUR) y del Latin American Trade Network (LATN). Es, asimismo, miembro del World Economic Forum (WEF) y del Global Development Learning Network (GDLN).

Los usuarios de los productos y servicios del Centro han sido tanto del sector público y privado, profesionales, empresarios y organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo el propósito principal de la entidad no ha consistido en limitar su actuación al ámbito meramente académico, sino en producir conocimientos para influir sobre la toma de decisiones de los hacedores de políticas públicas.

Este esfuerzo ha sido reconocido tanto por el gobierno anterior como por el actual, que han invitado a los principales componentes del CADEP a ocupar posiciones de alto nivel en el sector público. Asimismo, y desde el año 2003, el Centro ha proveído al Estado paraguayo de un número importante de profesionales jóvenes, lo que ha obligado a la institución a la búsqueda de nuevos valores y a la renovación constante. De todas maneras, los profesionales que han pertenecido a la plantilla de la institución o han hecho sus pasantías en ella, siguen aportando sus conocimientos al CADEP desde otros ámbitos de compromiso con el país.

En 1990, los fundadores del CADEP habían aceptado un doble desafío: generar conocimientos sobre la economía paraguaya y mantener una posición independiente y crítica en esta producción. Dos tareas difíciles en un medio donde la producción de conocimientos no era necesariamente considerada, entonces, como una inversión para la innovación y el desarrollo; y en donde la independencia de criterios se enfrentaba a una tradición política y económica de intereses muy sectarios.

La investigación científica no ha sido, desafortunadamente, parte de las actividades de las universidades en el Paraguay. Pocos han sido los centros de pensamiento que se han creado y perdurado en el país. Así la tarea de fundar y sostener CADEP ha sido sacrificada y ha exigido paciencia y voluntad. A falta de un apoyo nacional (privado o público), bienvenida ha sido la ayuda de fundaciones del exterior y de organismos internacionales que han apostado al Centro en el inicio de un período de transición democrática. Sin embargo, la sostenibilidad de esta ayuda siempre ha estado vinculada a la generación constante de nuevas ideas y al ejercicio de la creatividad; y ello es exactamente el cometido de un centro de pensamiento.

Hoy, la realidad de hace dos décadas ya no es la misma y las condiciones son mas cambiantes. El CADEP ha acumulado activos importantes para la tarea de producción de conocimientos e influencia sobre las políticas públicas. Esos activos deben ser aprovechados para abrir nuevas áreas de investigación, nuevas respuestas a problemas, nuevas modalidades de difusión de conocimientos y nuevas formas de llegar a los diversos estamentos de la ciudadanía para formar opinión seria e independiente, así como para seguir trabajando en la calificación del recurso humano.

Seguiremos abriendo surcos y alimentando utopías que dieran a luz hace veinte años a este Centro nacido como un sueño, con la idea y la voluntad de contribuir con el desarrollo del Paraguay.

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